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Desde tiempos remotos, el ser humano se ha transformado en un ente social por antonomasia y después al agruparse se determina socialmente dependiendo de su herencia cultural. Actualmente las sociedades modernas no son más que el reflejo de los miles de años en los que se consolida en una fusión de muchas culturas tal es el caso de México, en lo concerniente al carnaval; celebración pública que se realiza antes de la famosa y muy renombrada “cuaresma” (fecha cristiana movible, pues abarca desde finales de enero y principios de marzo) , marcada dentro del calendario gregoriano, sus características son ya conocidas; disfraces, desfiles y sobre todo algarabía y alegría.
En nuestro México prehispánico, no existía este tipo de diversión, este acto lleno de permisividad, aunque éramos muy fiesteros, a los jolgorios le llamábamos mitotes equivalente a fiestas. Sabemos también que los carnavales más famosos del mundo son: el de Brasil, Uruguay y Venecia, en nuestro país son famosos los de Veracruz, Acapulco, Sinaloa, Puerto Vallarta, aunque también se conocen los de Tlaxcala, Puebla, Morelos etc. A nivel regional, sin publicidad sino como mera celebración con carácter provincial, es decir diversión propia, acaso para contrarrestar el final del cruel invierno y anunciar el cambio al calor, al día lleno de sol y magia.
Sí estimados lectores así es, pues hemos indagado que antaño en las fiestas de invierno los griegos dedicaban estas actividades al dios Saturno (Fiestas Saturnalias) y (Fiestas Dionisiacas) en honor al dios Dionisio (Dios del vino, también llamado Baco), o las fiestas romanas “Bacanales”, todas ellas sinónimos de permisividad en actos sociales excesivos. Finalmente la iglesia católica aprovecha la coincidencia de estas festividades y les da otro giro, lo que no pudieron borrar fue el acto social, pero le dan el sentido religioso, moral y conductual. También coincidieron algunas festividades de tipo prehispánico andinas y afroamericanas, con el ir y venir del eslogamiento del tiempo, se asocian con las Carnestolendas (fiestas en donde se ofrecían máscaras) por eso es muy común que en todos los carnavales del mundo ésta sea una característica general; las máscaras serán de diferentes tipos, producto de su vasta herencia cultural y su influencia europea del país de procedencia.
En fin vayamos ahora a la raíz y significado de esta palabra conocida mundialmente, primero; del latín vulgar carne-levare que indica en el contexto “abandonar la carne”, segundo; palabra italiana carnevele- equivalente a época de abstinencia de la carne y, la tercera; de origen pagano de la tradición antigua indoeuropea, carna-baal (ofrecer carne al dios Baal), fiesta que en la que todo se vale, sin ataduras principalmente refiriéndose a orgías y bacanales, ante estas apreciaciones es lógico pensar, ¿A qué tipo de carne se refieren estos acepciones?, mientras la iglesia ratifica que se trata del alimento de origen orgánico animal, nuestras investigaciones señalan lo contrario, refiriéndose a la abstinencia del sexo, es decir no tener relaciones durante el periodo de la renombrada cuaresma. Aclaramos que el número 40 tiene un gran simbolismo en la iconografía religiosa cristiana y para muchas otras culturas de tipo europeo, la palabra cuaresma significa la preparación del hijo de dios para vencer a las fuerzas oscuras (El mal) en 40 días de aislamiento en el desierto, donde el elegido es iluminado, abarcando desde el miércoles de ceniza y concluyendo en la última cena, en las vísperas del domingo de ramos, fechas en que Jesús hace su entrada a la ciudad Santa de Jerusalén, a estos preparativos la iglesia le llama los “Pascales”.
Pero vayamos al tema que nos ocupa. En nuestros lares se espera con gran ansiedad el carnaval, sinónimo de alegría y fiesta, en muchos pueblos se acostumbran los disfraces de muchos estilos y tipos, los ahí desde alegres y llenos de colorido hasta aquellos tenebrosos, asquerosos y repugnantes. Los organizadores acostumbran hacer concursos en los cuales por lo regular hay un aliciente de tipo económico, en el caso del estado de Puebla y Tlaxcala existen danzas a las que les llaman “Huehues” ( viejos), dentro de nuestras antiguas costumbres los viejos o personas de edad avanzada, tenían en gran estima a los que llamaban “Tatas”, dentro de esta sociedad eran respetados, tristemente este valor se ha perdido y hoy ridiculizan a los ancianos, mofándose de su edad y de sus cualidades ya atrofiadas y en desventaja. También acostumbran quebrar cascarones de huevos de aves, principalmente de gallina, hermosamente decorados rellenos de confite, o en su defecto de algún perfume, los disfraces se exhiben en los zócalos de los pueblos o las ciudades; haciendo su recorrido por las calles, convirtiéndose este acto en una auténtica romería, bandas de música, cohetes, etc.
Los carnavales han sido inspiración de los poetas, citamos algunos versos: “El carnaval del mundo engaña tanto, que las vidas son breves mascaradas”, o en el carnaval de la vida los valores se confunden y se pierden. Estimados amigos, el carnaval más hermoso es el que debemos llevar a cabo todos los días, riendo a la vida y haciendo de esta toda una fiesta.
Por: Carlos Barcenas Nava.
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